El ritual del agua
Un año en silencio, un instante eterno.
Cada 1 de noviembre, dentro del marco del Día de Muertos, sumergimos nuestro Mezcal Lágrimas de Yunuén en las profundidades del Lago de Pátzcuaro. Allí, custodiado por el vaivén sereno de las aguas, reposa durante un año completo, transformando su espíritu con la calma del lago. Al noviembre siguiente, es rescatado para convertirse en nuestra edición anual: un mezcal premium, único en el mundo, nacido de la tradición y el tiempo.


La leyenda del lago
Un sacrificio eterno hecho espíritu.
En la Isla de Yunuén, la luna fue testigo del sacrificio de la princesa Hapunda, quien se entregó al lago para salvar a su pueblo.
El agua, compasiva, la transformó en garza blanca, símbolo de renacimiento y memoria.
De esa misma fuerza ancestral nace nuestro Mezcal Lágrimas de Yunuén: un elixir que reinventa la tradición, llevando en cada sorbo el eco de su historia y la magia de esta tierra sagrada.